Me gustó especialmente la luz y busqué el encuadre situando opticamente la espadaña del Colegio Modesto Lafuente tras el adorno central del carrusel de feria. Vi una alegoría de la educación en España: primero el jardín de infancia, luego el cole, y detrás la nada, o sea la emigración a Europa, al mundo.
Noticia de hoy: Dice la ministra Fátima Báñez que, puesto que los jóvenes han cogido la manía de irse fuera de España, el Gobierno va a poner nombre a esta práctica tan singular. La va a llamar "movilidad exterior". Y ha anunciado que va a "potenciar la movilidad exterior". Esta ministra, además de dar muestras de lunática tras encomendar la resolución del paro a la Virgen del Rocío, encarna la maldad en todas sus acepciones. Sólo presentirla ya escuece. Es un dolor. ¿Quién la nombró ministra y por qué? Es un pregunta retórica, por supuesto, ya que todos conocemos la respuesta: la nombró dios para fastidiar a los currantes. Homero escribe en La Odisea una queja de Zeus:"¡Ay, cómo culpan los mortales a los dioses!, pues de nosotros, dicen, proceden los males. Pero también ellos por su estupidez soportan dolores más allá de lo que les corresponde." ¡Exacto: una gripe, un esguince, un tumor, pero ya! ¡Zeus tenía razón! ¿O acaso nos corresponde a los votantes -incluso a los suyos- escuchar y sufrir las memeces de esta portento llamada Fátima Báñez? Uno de los comentarios de Público a la noticia -de 14iDoraemon-, dice con fina ironía que, empleando parecida capacidad expresiva, podremos llamar a esta señora "descendiente de primera generación de una trabajadora del sexo". No obstante no es lo mismo, pues lo de Doraemon se entiende, pero lo de la ministra no. |