viernes, 13 de febrero de 2015

A todos los actores y las actrices de este país: Abandonad el escenario


Abandonad el escenario, 2015 Abbé Nozal

A todos los actores y las actrices de este país:
ABANDONAD EL ESCENARIO.

"...el público no es consciente de la realidad del sector, con un paro superior al 90%, una precariedad laboral del 98% y una retribución por hora en las salas de teatro alternativas que, en el mejor de los casos, no alcanza los 50 céntimos la hora..." Así de taxativo se muestra el actor Carlos Olalla; triste y abatido declara que se baja del escenario.
Yo le propongo a Carlos Olalla que no baje solo. Abogo por un acto conjunto de todos los actores y actrices de este país. Elegid un día y una hora en mitad de una representación, y abandonad el escenario. Todos a la vez, en todas las salas de teatro de todas las ciudades españolas.
La deserción individual es justificable pero no altera la política que la induce; sin embargo la deserción del colectivo puede poner a la sociedad contra el poder que hasta entonces estuvo sordo.
Hay que despertar a la ciudadanía. Es preciso hacer ver que este Gobierno indecente  se está cargando la cultura.
El día elegido y a la hora elegida, prometo estar en el patio de butacas aplaudiendo vuestra deserción.

lunes, 9 de febrero de 2015

San san francisco francisco. O las inmatriculaciones clandestinas de la Iglesia.

San san francisco francisco, 2015 Abbé Nozal
A la chita callando y con el apoyo legal que les proporcionó la ley del 82 impulsada por Aznar, los obispazos españoles se han hecho con todo el patrimonio que les ha apetecido. ¿Con cuantas propiedades exactamente? ¡Ah, imposible saberlo! No hay periodista que investigue ni político que pregunte en el Congreso de los diputados. Y al iluso ciudadano que se atreve enseguida le aplican la mordaza con todas las bendiciones. Amén jesús.
Cuidado con vuestras macetas, a lo peor ya no son vuestras; os las pillo el obispazo en un descuido y las inmatriculó.
Obispazos españoles, genuinos depredadores. Lo quieren todo. Quieren poseer todo lo de este mundo. Las cosas del más allá les traen sin cuidado; en eso son generosos: el cielo os lo regalan. Palurdos.