Se la considera una de las diez mejores obras del Greco: representa a San Sebastián, joven, desnudo, atado a un árbol y acribillado a flechazos. Lo pintó Domenikos Theotokopoulos allá por el 1577, pero no sabemos qué año ni qué persona lo trajo a Palencia y lo colgó en la catedral. Sí sabemos por qué sale ahora con destino temporal a Toledo: celebran allí su gran talento. |
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