El reloj de pared de la Sala de Diputados sueña con una playa. Cada cuarto de hora recuerda el rumor de las olas y llora. Los señores diputados le miran sin saber a qué atenerse, sin explicarse el milagro. Solo algunas veces, apiadados, le dan cuerda. |
Salir del tiempo.
ResponderEliminarSuspender el claro corazón del día.
Ave.
Palabra.
Vuelo en el vacío.
En lo nunca posible.
Ven ... a este largo olvido.
No hay puentes ... sostenme en el no tiempo.
En la duración
En el lugar donde no estoy, no soy
O ... solo en el seno secreto de las aguas.