Fue un milagro. Por las noches Sana y el menda nos íbamos de farra y cantábamos "Asturias patria querida" hasta agotar las cuerdas vocales. Pero la única noche que lo cambié por el cuerpo de Cristina, lo echaron la red a traición y se lo llevaron para siempre jamás amén. Lo han subido a una hornacina tocado de hábito talar y manto castellano y allá está desde entonces el pobre Sana, como un bonito del norte o como un sanluis.
Ahora me quieren confundir. Me vienen con el cuento de que la red es para que no le caguen encima las palomas. Y que no fue el día del cuerpazo de Cristi, sino el del corpuschristi, con ché. Qué cosas inventan. Bah, no hay color.
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