Algo retrasada en su floración con respecto a los demás plátanos, por fin, muy avanzada la primavera, la ministra florece. A medida que le van saliendo hojas verdes podemos ir viendo la enjundia de la savia que llega desde sus raíces. Profundas raíces en un suelo corrupto que nutren a la ministra Ana Mato y la hacen florecer bella, como una santa flor de comunión diaria y bien iluminada, mirando siempre a lo lejos, ajena al nubarrón que ya se forma sobre ella, del que saldrá el rayo que habrá de hacerla astillas. La ministra florece, tarde, pero florece. |