Aunque parezca increíble la señal de prohibido el paso alude al tránsito por ese callejón estrecho en que culmina la calle Once Paradas. Por ese callejón, que deviene siniestro según la hora del día, numerosos ciudadanos palentinos cruzan hacia Puentecillas, o viceversa. Todas las ciudades tienen una o varias bocas de lobo. Esta es una de las que dispone Palencia. Propongo que el Ayuntamiento instale un semáforo, sin retirar la señal, naturalmente. Y a ser posible que tienda algunos otros cables enmarañando algo más las fachadas. De ese modo completaríamos el salto en el tiempo. ¡Cuánta belleza plástica! |